En todos los rincones del mundo se habla del apocalíptico final que sufriría el mundo producto de la devastadora contaminación que destruye nuestro planeta. En estos días se desarrolla una conferencia organizada por naciones unidas que tiene como objetivo, crear consenso en los países para adoptar medidas contra la contaminación y el calentamiento global. En todas las portadas de los grandes periódicos y cadenas internacionales de noticias ha sido mucha la cobertura e importancia dada a la conferencia de Bali, una isla con aires caribeños perteneciente a la republica de Indonesia en donde se han reunido representantes de todas las naciones, para lograr pactos, metas y soluciones al gran flagelo de la destrucción de nuestro medio ambiente y recursos naturales. Sin embargo, esta cumbre no ha estado exenta de tensiones al enfrentarse Estados Unidos con el resto de los países, que quieren castigar al país del norte con la reducción de sus emisiones de dióxido de carbono. Por supuesto que los yanquis se defienden argumentando que China e India también son unos de los principales países que liberan gases contaminantes, por lo que también deberían estar incluidos en la reducción de estos agentes. Es cierto China e India están catalogados como países subdesarrollados, pero su emergente economía y su gran fuerza industrial, alimentados por plantas termoeléctricas que consumen cientos de miles de toneladas de carbón, hacen pensar porque no están incluidos en el acuerdo y en los posteriores protocolos.
Estados Unidos por su parte es la principal economía del mundo, desde hace más de cincuenta años que es el mayor productor de manufactura y de producción macro industrial, lo que hace imprescindible que no este inserto en los tratados, claro que ni los republicanos ni los demócratas, se han acogido a ratificar siquiera el protocolo de Kioto de 1997. Y es que todos sabemos que ser adherido a semejantes acuerdos, causa un grave perjuicio económico trastornando seriamente los precios y el mercado mundial. La conferencia de Bali aunque muchos ambientalistas digan que a sido solamente un show para la televisión o que soluciones concretas no hay, es difícil creer que no hay avances sustanciales en materia medio ambiental. Desde hace unos pocos años en todo el mundo se ha creado conciencia del “calentamiento global” y muchas personas ayudados por organizaciones, instituciones y políticos de la talla mundial como Alber Gore vicepresidente de los Estados Unidos en el gobierno del presidente Clinton, es que han puesto el tema sobre la mesa al dirigir un film, sobre el derretimiento de las capas de hielo y las diferentes alteraciones de la vida silvestre animal en esos parajes. Entonces podemos afirmar que la conferencia de Bali esta logrando efectos importantes, ya que hay un amplio consenso en reemplazar el viejo protocolo de Kioto, por otro acuerdo que a futuro en el plazo máximo de cinco años logre comprometer la reducción drástica de las emisiones de gases invernaderos. Es cierto que puede parecer lento todas las soluciones que se han anunciado, pero hay que ser sinceros que el tema es complejo y que se necesita de tiempo para evitar caer en cambios bruscos y traumáticos que mermen gravemente la economía y el orden mundial. A esto me refiero con el solo hecho que todo el daño que esta sufriendo el planeta tierra es producto del consumismo desenfrenado y de las nuevas estructuras económicas, que hacen por un lado la accesibilidad de productos y servicios a bajos costos, pero manufacturando millones de unidades sobre explotando las materias primas y los recursos energéticos. Por eso las grandes urbes y las sociedades globalizadas sufrirán más por los acuerdos suscritos, ya que los precios se elevaran y los productos serán escasos. Esto me hace pensar muchas veces que nuestro desarrollo tecnológico, la revolución industrial y la globalización podría estar llegando a su fin. Solo nos queda esperar y resignarse a cualquier determinación que nos pueda afectar, ya sea ahora con la restricción de comodidades o a futuro heredándoles la destrucción del planeta a nuestros hijos. Sin duda no me imagino al planeta adoptando una economía feudal, cuando estamos en plena edad del plástico como lo decía un viejo hits de los “prisioneros” que curiosamente nos ha entregado una limpieza en nuestras calles y una vida más fácil al ser todo desechable.
Bastian Pinto San Martín
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