martes, 6 de enero de 2009

El pasado y futuro de Cuba



El mundo entero recordó por las imágenes de televisión como las autoridades y el pueblo Cubano, celebraban sus cinco décadas de revolución que llevó en 1959 al poder al joven e idealista líder guerrillero Fidel Castro. Después de casi tres años de una paulatina desaparición por motivos de salud, la conducción de la isla es encabezada por Raúl Castro, que actualmente asume como Jefe de Estado. Los festejos están lejos de los antaño en donde las congregaciones masivas de personas y las admiraciones al culto de personalidad de los líderes de la revolución y del partido comunista nos muestra que la crisis mundial y las turbulencias económicas llegan de forma transversal a todos los regímenes políticos. Pero recordemos un poco de historia y como se logra formar la cuba dentro de los últimos cien años.
Una serie de combates pone fin al asedio de las tropas del dictador Fulgencio Batista un caudillo manejado por grandes intereses económicos norteamericanos, épica que es conocida como el asalto al “Cuartel Moncada”. Esta isla caribeña situada a pocas horas de las costas del Estado de Florida en Estados Unidos, acapara el interés del mundo por casi medio siglo. Y no lo es específicamente por sus exóticas playas, excéntricas comidas o por su excelentísimo ron, sino más bien por ser el único país que logrado sobrevivir utópicamente al ortodoxo modelo de economía centralizada de corte socialista. La Cuba de hoy no introdujo mayores reformas después de la caída del comunismo en Europa Oriental y actualmente desafía al nuevo orden mundial llamado “globalización” en donde la economía social de mercado y los social demócratas son los nuevos reformadores sociales del presente. Aunque pragmáticamente existen dos Estados, que gobiernan con un modelo marxista autárquico, como lo es Corea del Norte y Cuba es en esta última, que amenaza lentamente con introducirles reformas, por lo pronto en lo estrictamente económico. Una de las formas de concretar los cambios prometidos por el nuevo jefe de Estado Raúl Castro, que anunció en distintas manifestaciones oficiales, que se vienen tiempos difíciles y que el modelo necesita una revisión para lograr subsistir en las turbulencias económicas que afligen a los países del mundo.
Pero la crisis financiera puede resultar una excusa, para muchas personas que ven en Raúl Castro el líder capaz de lograr la tan anhelada transición política y económica del país caribeño. Es que para miles de exiliados cubanos, les resulta imposible dejar de soñar por una verdadera democracia para su querida Cuba. No obstante resulta penoso cuando ven a los viejos políticos y revolucionarios que hicieron la revolución y que no den señales de cambios, aunque el mundo entero esté en otra sintonía. Esta sintonía son los nuevos aires de integración mundial que entierran a los obsoletos manifiestos, que hablaban de aquella dictadura proletaria y filosofaba sobre la cuestión de capital y trabajo.

La nueva Cuba en la que sueñan muchos ofrece una gran riqueza, para quienes se aventuren a invertir en ella, como las antaña compañías norteamericanas lo hicieran hace un siglo atrás, explotando de preferencia recursos frutícolas que le otorgo el apodo de “república bananera”. En este contexto cómo no recordar a la compañía Norteamérica transnacional “United Fruit Company ” que construyo un verdadero imperio alimenticio, claro está a costa de manipulaciones y extorciones a los Gobiernos de países de centro América y el Caribe, naciones empobrecidas con débiles democracias y lideradas por caudillos sedientos de dinero y poder. Pero la reputación de esta multinacional está muy por debajo del suelo, principalmente se le recuerda, por mantener pésimas relaciones laborales con sus trabajadores, que en su mayoría eran niños, mujeres y viejos campesinos que por miseria trabajaban de sol a sol.
Después de la revolución todas las empresas frutícolas fueron nacionalizadas, pero es en la década de los setenta que la fruta cubana es repartida en millones de hogares de la Europa Oriental, contribuyendo fuertemente a la alimentación de los niños de los Estados bajo la cortina de hierro. Esto se debió a la solidaridad de las repúblicas socialistas que conformaban el pacto de Varsovia, que no solamente exigía una cooperación militar, sino también asistencia económica. Así Cuba exporto millones de toneladas en fruta y otros productos alimenticios a la ex Alemania Oriental bajo el régimen de Erich Honecker y a la Rumanía de Nicolae Ceauşescu. Todo un éxito político para Fidel castro, ya que Cuba se beneficio con la asistencia técnica por parte de estos Estados Europeos, sobre todo en la siderúrgica y en nuevas plantas de hormigón que actualmente producen el cemento, para la construcción de sus pocas obras sociales.
Pero es en occidente que Cuba representa para nosotros, la fricción de las dos súper potencias que propugnaban construir una nueva sociedad, sustentada en la libertad económica de EE.UU y por otra en la lucha de clases que imponía la órbita soviética, dirigida por Moscú. Esta conflagración y beligerancia mundial es apodada con el nombre de “guerra fría”, conflicto ideológico que se disputó en todos los rincones del mundo y nos amenazó con caer en un holocausto nuclear. Esta guerra que se manifestó físicamente con el fracaso de la CIA en la toma de bahía de cochinos, que pretendía derrocar a Castro bajo la estricta mirada de EE.UU. Aunque no tardo en reanudarse el conflicto, después que una escuadra naval soviética, sea sorprendida por satélites norteamericanos, trasladando misiles nucleares a las costas cubanas conocido este episodio como la “crisis de los misiles”. Pero es hasta nuestros días que perduran las fricciones por el insistente embargo económico, que han mantenido presidentes demócratas y republicanos de EE.UU pero que sin embargo, no logra derribar la dictadura comunista.
Cuba para nuestro país, representa para algunos el paraíso del socialismo, que alguna vez soñaron los viejos políticos de izquierda, cuando Castro visito Chile invitado por Salvador Allende. Una estadía poco grata para muchos ya que permaneció por casi un mes y que se dejo sentir el malestar en violentas manifestaciones a favor o en contra en las calles. Para otros Cuba representa la solidaridad, con los cientos de exiliados chilenos que encontraron refugio en la isla, después del pronunciamiento militar de 1973. Son una parte de ellos que sienten nostalgia, cuando recuerdan que en Cuba se formo el brazo armado del partido comunista chileno, conocido como frente patriótico manuel rodríguez. Y es el régimen de Castro que los ayuda con asistencia militar y logística a este grupo que logra internarse en Chile, ejecutando diversas operaciones y atentados con los resultados que todos conocemos.
Por lo pronto podemos vaticinar cambios y profundas reformas sobre todo al derecho de propiedad y a las nuevas inversiones extranjeras, como lo hacen actualmente países que se autodenominan repúblicas socialistas como Vietnam y China. También el fenómeno que experimentaron las repúblicas socialistas de Europa, como Rumanía y la propia Rusia. Cambios lentos pero que dan garantías, hacia una transición pacífica y sin de anarquía política.
Los nuevos aires que llegan que llegan desde Washington, con la instalación del nuevo Gobierno de Barak Obama, es una oportunidad para Raúl Castro de negociar y pensar en el pueblo cubano, que ha sido asfixiado por el totalitarismo y el terror, que imponen los viejos jerarcas del partido comunista, que se resisten a realizar las reformas.
Es hora que Cuba, realice el gran salto y que no sea recordada por los destartalados chevrolet que circundan las calles de la habana, o por las millones de imágenes del “Che” que se reparten en el mundo, sinónimo de rebeldía. Esa misma rebeldía que Castro no soporto estando en su propio gabinete Ernesto Guevara, como su ministro de industria y que dejó varios dolores de cabeza en Moscú, cuando increpo al premier Soviético, Nikita kruschev por el imperialismo que ejecutaba, la ex Unión Soviética sobre los pueblos bajo su control y la nula ayuda económica prestada por el Kremlin a los países que optaban por su influencia. Ya que pocos saben que eran simples prestamos, muy parecidos a los otorgados actualmente por el Banco Mundial.
Nuestros saludos al pueblo de Cuba y nuestra eterna preocupación por el reconocimiento y el libre ejercicio de los derechos civiles, políticos y económicos que le son vedados por una dictadura sin una base legítima de poder.



Bastian Pinto San Martín

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