jueves, 10 de julio de 2008

La energía del futuro


La energía nuclear en Chile se abre paso, a un sin número de interrogantes que hace poco tiempo atrás, hacia imposible su discusión. Principalmente de muchas personas que ven en la energía atómica, un holocausto apocalíptico si se producen accidentes al interior del reactor, que diseminen material radioactivo al exterior. También los ambientalistas asumen que mantener una planta nuclear, es sinónimo de apilar contenedores con desechos de material, irradiado que perdurarán por siglos al fondo de minas abandonadas o en el lecho marino.
Pero en la actualidad, la sociedad y las autoridades asumen con mucha simpatía, este tipo de energía que nos posiciona en la vanguardia de la región. Esto de debe ante el eventual, desabastecimiento de energía por parte de argentina que nos distribuye gas natural, combustible elemental para las industrias. Por otro lado sufrimos del impredecible cambio climático, que altera sustancialmente las precipitaciones, transformándose en sequías prolongadas. Nuestro país genera el 70% de su capacidad energética, mediante el uso de centrales hidroeléctricas, por lo tanto requerimos de una fuerza hidráulica, capaz de mover las turbinas por medio del agua. Este escenario hídrico forma parte de la generación eléctrica del sistema interconectado central, que suministra energía desde la III región por el norte, llegando hasta la X región por el sur.
Con el tiempo nos hemos percatado que es imposible vivir con la incertidumbre constante, al enterarnos de los molestos cortes generalizados de luz, que paraliza la industria nacional y deja ha ciegas a millones de hogares. Según las compañías eléctricas es la única forma de controlar el derroche de energía y con esto salvar a duras penas el año con suministro eléctrico. Desde otra óptica vemos, como afecta a la economía y la producción estos cortes de suministro, que impiden y retrasan nuestro proyecto de un país en vías de desarrollo. Si logramos entender que las grandes potencias mundiales, han logrado su desarrollo gracias a grandes proyectos de electrificación nacional, entendiendo que el desarrollo sostenido y la industrialización, se logra con independencia energética. El mejor ejemplo de esta realidad, fue bajo la administración del presidente de Estados Unidos Herbert Hoover (1929 – 1933), después de la crisis financiera de 1929. Con la economía destrozada, se procedió ha electrificar todo el país, siendo la represa Hoover unas de las construcciones más impresionantes que ha conocido el siglo XX, esta obra de ingeniería civil permitió, al país del norte resurgir del caos financiero, e instalarse como súper potencia mundial. Por otra parte la Unión Soviética en la década de los años 30, diseño la construcción de grandes represas y centrales hidroeléctricas, que alimentaron la pujante industria civil y militar que se constituyó como el motor principal de su economía planificada. Otros ejemplos lo representa la represa de Asuán en Egipto entregada en 1970, que mediante la energía hídrica ayudo a la modernización del Estado africano, con el nuevo impulso del gobernante Nasser. En Sudamérica destaca la hidroeléctrica de Itaipú, en la frontera de Brasil y Paraguay que independizó de energía a estos dos Estados, afligidos por el constante racionamiento. En la actualidad Itaipú se posiciona como unas de las represas más grandes del mundo.
Chile desde que planificó su tendido de electrificación en la década de los 30 bajo la administración del presidente Pedro Aguirre Cerda, se opto por la energía hidroeléctrica, por las características geográficas que presenta nuestro relieve, donde los ríos bajan con mucha fuerza desde la cordillera, ayudando a mover las turbinas que generan electricidad. Pero además de tener que depender del factor climático, se tiene que lidiar con los ambientalistas que acusan la destrucción, de miles de hectáreas de la flora y fauna silvestre, producto del anegado de las aguas embalsadas. También otro factor a considerar son las comunidades indígenas del sur que se resisten entregar sus tierras, incluso por intermedio de tentadoras ofertas de dinero y tierras. El mejor ejemplo de esta férrea oposición fueron las hermanas Quintremán, en el año 2000, en donde tubo que intervenir directamente el presidente de la república Ricardo Lagos.
El mundo está cambiando y nuestro país también, es por esta razón que Chile no puede seguir lidiando con un sistema eléctrico que a largo plazo no va satisfacer nuestras necesidades energéticas. En Europa ya se están construyendo reactores nucleares, que alimenten con energía a las grandes metrópolis. Inglaterra anuncio la apertura de centrales termoeléctrica, en donde las materias primas para la producción de energía son el carbón, lejos el combustible más dañino para nuestro planeta.
Los Estados miembros de la Unión Europea, como las potencias de Asia han afirmado que la energía atómica es una solución a corto plazo muy rentable, segura y limpia. En Sudamérica son Brasil y Argentina los que mantienen reactores nucleares para la producción de energía eléctrica, pero se suman Chile, México y Venezuela en las peticiones de construir reactores para generar electricidad. Hasta este momento el debate solo se centra en la energía eléctrica y en la capacidad de cada país para desarrollarse económicamente, pero no faltan las voces suspicaces que vociferan sobre la probabilidad, de construir una bomba atómica o desarrollar armas de destrucción masiva. En este contexto tenemos a Japón y Alemania que mantienen decenas de centrales nucleares, para fines de generación de electricidad, pero se les está sumamente restringido experimentar o fabricar, bombas nucleares, sanción que recae en ellos desde la II guerra mundial. En estos casos la Agencia para la energía atómica de Naciones Unidas y las distintas organizaciones internacionales pueden ser inspectores y garantes de seguridad. Y es que tener la condición de país del tercer mundo, no los hace menos serio, como otros Estados en donde su política bélica es totalmente reprochable como lo son Pakistán, Corea del Norte.
La suerte está echada para el mundo entero, en donde los problemas son globales es por esta razón que en el futuro es imprescindible contar con una fuente generadora de energía que sea capaz de brindarnos rentabilidad, económica y sustento a través del tiempo. Es el futuro una nueva era, en donde Einstein, ya vaticinaba su completo acuerdo de una energía universal. Sí trabajamos con responsabilidad y nos atrevemos a crear un sano debate, es probable que todos los actores logremos acercar posiciones y consolidar un proyecto que mirado sin apasionamiento es seguro y limpio. Espero que en un corto tiempo logremos tener energía atómica, para la producción de nuestra cada vez más cara y contaminante energía eléctrica.


Bastian Pinto San Martín

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